La inseguridad en la Argentina sigue en aumento y las personas que se movilizan en bicicleta o medios de transporte ligeros no se salvan; qué hay que tener presente para estar protegido
En los últimos años, la micromovilidad se expandió y sumó adeptos a nivel global. Son cada vez más personas las que eligen moverse con medios de transporte alternativos frente a la opción convencional del auto, taxi o colectivo. Según estimaciones del World Economic Forum, en 2015 ya había más de dos mil millones de bicicletas en uso en todo el mundo, y para 2050, ese número podría llegar a los cinco mil millones. En este sentido, la Argentina no es la excepción a la regla.
En el país, actualmente son más de 5,5 millones de argentinos los que se mueven de esta forma habitualmente, ya sea con bicicleta, monopatín o skate. En el ranking de los más usados, la bicicleta propia se posiciona como el medio favorito por lejos, representando al 89% del total. A esta le sigue la bicicleta a través del servicio público de bicicletas (15%), y luego el monopatín (3%) y el skate (1%).
¿Por qué la bicicleta tiene tanto éxito? Para empezar, se trata de un medio de transporte que permite ahorrar plata y cuenta como actividad física, al mismo tiempo que brinda autonomía y libera endorfinas, todo esto además de no emitir emisiones.
En definitiva, la opción de la bici cierra por todos lados. Lo que no cierra, sin embargo, es que la inseguridad puede convertir a la bicicleta -cuyos modelos crecieron en calidad y sofisticación- en un blanco fácil para los ladrones que buscan objetos de valor. Frente a esta preocupación aparece la pregunta: ¿tiene sentido asegurar la bicicleta?
Para tomar dimensión de los costos, según indican en nomadn, la propuesta de Zurich para bicicletas, monopatines, patinetas y rollers, asegurar una bicicleta de $100.000 cuesta entre $1500 y $3000 mensuales, dependiendo del tipo de plan elegido.
El plan de base incluye accesorios de seguridad (casco, coderas, rodilleras, candado de seguridad) y una cobertura de responsabilidad civil que ampara al asegurado por los reclamos de terceros por los daños que puedan causar accidentalmente utilizando la bicicleta.
Hay también una opción de plan que permite asegurar, junto con el equipo de movilidad, una serie de objetos personales de valor, como la computadora, el celular o la cámara, entre otros. “El producto está mas centrado en la persona que en el objeto en sí. La idea es cada uno pueda armar su seguro en función de lo que cada uno necesita”, explica Mauro Zoladz, Head of customer proposition en Zurich Argentina, en un diálogo con LA NACION. “Quisimos ampliar el eje que alcanza un seguro estándar”.
Algunos datos a tener en cuenta: el primero es que, en el caso de tratarse de una bicicleta cuyo costo está desactualizado, o un modelo vintage que no se comercializa, el seguro de base es en función de la declaración del asegurado.
Asistencia a domicilio
El segundo punto, y en el que Zoladz hace más énfasis por su utilidad práctica, es que todos los planes de cobertura incluyen en el paquete una asistencia de traslado, reparación y help desk tecnológico. Esto quiere decir que cada vez que uno tiene un problema técnico con la bici -como suelen aparecer cuando se habla de las cámaras de las ruedas, cadenas, cambios y demás de una bici que está en uso- basta con llamar al service de la compañía, contarles el inconveniente y compartir la ubicación actual.
A partir del llamado, uno o dos integrantes del equipo se trasladan a la dirección indicada -siempre y cuando sea dentro de una distancia de no más de 300 kilómetros desde la dirección marcada como hogar propio- con un mecánico y un kit herramientas para solucionar el problema.
Además, en el caso de no poder resolver el problema de manera local, es el mismo mecánico el encargado de llevar a la persona asegurada y a su medio de transporte a un taller, con los costos a cargo de la compañía.
Robos: el principal motivador para contratar un seguro
Frente a la pregunta de por qué la mayoría de los clientes eligen asegurar sus equipos de transporte, Zoladz responde que sin dudas es el índice de robos. Cada 100 bicicletas aseguradas por año, 11 son robadas, de acuerdo con las estadísticas de Zurich.
De acuerdo con los datos recolectados por las denuncias realizadas, los centros urbanos más frecuentados son los lugares en los que las posibilidades de ser víctima de un robo a mano armada son más frecuentes. “Es contraintuitivo pensar que es en los lugares donde hay más gente donde hay más robos. Se supone que hay más testigos y que uno está más seguro”, dice Zoladz. “Lamentablemente, no es así”.
El único requisito que exigen desde nomadn para devolverle la bicicleta al asegurado, una vez que fue robada, es hacer la denuncia policial y mostrar el registro. “La bici es un objeto valioso y perderlo es un tema. Existe poca conciencia a nivel social sobre la importancia de los seguros. Lo cierto es que pueden ser útiles, y más en un contexto vial inseguro como es el de la Argentina”, explica el experto en seguros y concluye: “Uno no puede prever un robo, pero si qué hacer una vez que este tiene lugar”.