Movilidad sostenible: Francia apuesta a las bicicletas y España a los autos eléctricos

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En tiempos donde la contaminación ambiental avanza y el combustible escasea, el futuro de la movilidad urbana se volvió una preocupación central para las grandes ciudades.

En tiempos donde la contaminación ambiental avanza y el combustible escasea, el futuro de la movilidad urbana se volvió una preocupación central para las grandes ciudades. En búsqueda de soluciones sostenibles, Francia parece haber encontrado la clave en las bicicletas y España, en los autos eléctricos. ¿Cuáles son las medidas que impulsan para avanzar en la reconversión verde y qué resultados obtuvieron?

París apuesta por las dos ruedas como la clave de la futura movilidad urbana. Con la construcción de cientos de kilómetros de carriles bici ha aumentado los ciclistas un 62% en dos años

En Francia se le llama la «movilidad verde» a los desplazamientos que no recurren a los combustibles fósiles. La bici, por ejemplo.

El uso de este medio de transporte es un fenómeno que comenzó hace mucho tiempo en las calles de Estrasburgo y se está extendiendo ahora a todas las grandes ciudades francesas, incluida la capital. 

A causa de la Covid-19, la municipalidad de París ha transformado 50 km de avenidas normalmente reservadas a los automóviles en pistas para la bicicleta, incluida la simbólica y muy transitada Rue de Rivoli, al pie del Museo del Louvre. 

«Estos corredores serán permanentes», dijo la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, cuya probable candidatura presidencial por el Partido Socialista ha sido evocada estos últimos días por algunos medios franceses. Su liderazgo con la bicicleta no es ajeno a esta perspectiva. 

Las «corona-pistas»

Durante la crisis sanitaria por la pandemia se han identificado más de 500 km de «corona-pistas». El Ministerio del Transporte está examinando la posibilidad de transformarlas de manera definitiva en carriles para bicicletas. 

El uso de las vías exclusivas para bicicletas en todo el país ha aumentado en un 29% desde el fin del confinamiento, en comparación con el mismo período en 2019.

La asociación Vélo & Territoires (Bicicleta y Territorios) registra un espectacular aumento del 67% en un año para París, +26% para Lille y +24% para Lyon. Alrededor del 60% de los viajes en coche en la región de París son de menos de cuatro kilómetros.

El ciclismo es ahora una tendencia en Francia y su sector económico está en constante crecimiento. El gobierno francés ha introducido una ayuda, extendida hasta finales de 2020, para la reparación de bicicletas, que consiste en una tarifa plana de 50 euros. Este sistema ha tenido un gran éxito, pues 620.000 bicicletas han sido reparadas.

Boom económico

«El auge de la bicicleta es innegable. El año pasado fue muy bueno en términos de ventas y la dinámica se mantiene. Esto concierne incluso los talleres de nuestros almacenes. Los 50 euros han contribuido a esta explosión», dice Romain Gardelle, encargado de desarrollar el departamento Intersport.

Esta empresa, con su marca Nakamura, se ha convertido en el mayor fabricante de bicicletas en Francia. Su principal clientela son aquellas personas que utilizan la bici para el trabajo y la movilidad en la ciudad, también incluye a los que la utilizan para dar paseos y disfrutar de la naturaleza, así como a los deportistas. 

Todo esto está generando, por supuesto, empleos. «Estamos ayudando a formar a los jóvenes en ventas y mecánica. También tenemos cursos internos de formación en el mantenimiento de bicicletas eléctricas», confirma Romain Gardelle. En los próximos años deberían surgir profesiones calificadas dedicadas a la movilidad verde.

El plan de recuperación económica presentado por el gobierno francés a principios de septiembre incluye 200 millones de euros para el desarrollo del ciclismo. El Estado también ha decidido duplicar «para los hogares modestos» las primas concedidas por las autoridades locales para la compra de una bicicleta con asistencia eléctrica, hasta 200 euros. 

Pero son sobre todo las clases medias las que han participado en el auge del mercado de bicicletas eléctricas, cuyo precio medio es de 1.800 euros.

«La gente ha comprendido que se puede usar una bicicleta en una gran ciudad», dicen Nicolas y Martin, creadores de la marca Cavale, que ofrece una bicicleta eléctrica de gama alta, el 80% de la cual se fabrica en Francia. 

“Fue un desafío crear nuestra marca. No queríamos una bicicleta que diera la vuelta al mundo en un transatlántico. Queremos conocer a nuestros proveedores para ofrecer no solo una bicicleta, sino un objeto hermoso. Preferimos la venta directa. Nos ofrecemos recibir a nuestros clientes con cita previa para averiguar lo que necesitan. Es un enfoque muy personalizado”. 

El volumen de negocios del mercado del ciclismo en Francia se eleva a 2,3 mil millones de euros. En 2019, las ventas de bicicletas eléctricas establecieron un nuevo récord con 388.100 unidades. La bicicleta eléctrica, de hecho, sigue teniendo un crecimiento de dos dígitos. 

Aunque las bicicletas eléctricas representan actualmente sólo el 15% de las ventas en términos de volumen, Union Sport & Cycle estima que el millón de bicicletas eléctricas vendidas por año podría superarse para 2024-2025.

«El ciclismo es más que una tendencia, es una forma de vida. Es un deporte noble”, dice Guillaume Koch, director de marketing para Francia, Benelux y Suiza de la marca americana Cannondale, que celebrará su 50º aniversario en 2021. 

Cannondale, una marca especializada en bicicletas de carreras de carretera y de montaña, ha dado un nuevo giro y ahora produce bicicletas urbanas, con precios que empiezan en torno a los 700 euros, hasta bicicletas eléctricas de unos 6.000 euros.

Guillaume Koch espera que después del auge de la bicicleta eléctrica de montaña, la bicicleta eléctrica de carretera de competición hará su aparición para los grandes paseos de fin de semana. Sólo para salir de la ciudad y tomar un poco de aire fresco.