El gravel no para de crecer, tanto por su vertiente comercial como por su vertiente de eventos. En USA es muy popular y poco a poco también gana peso en Europa.
El gravel, esa modalidad que está generando tantas novedades y que cada vez suena más. ¿Es una moda o ha llegado para quedarse? Bien, haciendo un spoiler total de este vídeo creemos que el gravel no solo no es una moda, sino que no va a parar de crecer en los próximos años, captando a parte de los usuarios de MTB pero, sobre todo, de carretera. Y si eso no sucede, siempre podréis venir a este video dentro de unos años y recordarnos que estábamos equivocados.
En ESMTB hace tiempo que cubrimos las novedades de esta modalidad y que probamos material para gravel, algo que también va a ir a más. En parte por ello hemos hecho este vídeo a modo de introducción, de caza de mitos y de respuesta a los comentarios negativos más habituales que suelen asociarse al gravel.
Como pasó hace años con la llegada de las e-bikes, el gravel mueve mucho hate en redes sociales a día de hoy. Algo que se irá diluyendo como ha ido pasando con el hate hacia las e-bikes. Que algo no nos guste a nivel personal, incluso aunque no lo hayamos probado, no significa que el resto de la humanidad vaya a pensar igual. Por ejemplo, a nosotros los coches SUV nos pueden parecer un sinsentido, y ahí los tenéis, liderando las ventas.
Empezaremos nuestro repaso al hate contra el gravel por lo que podríamos denominar la maldición de John Tomac. Quién le iba a decir al mito del MTB de los 90 que 30 años después su nombre sería tan recordado. Todo porque se le ocurrió montar un manillar de carretera a su MTB de la época en un intento de contar con alguna ventaja técnica sobre sus rivales. Tomac, que venía de competir en profesionales de carretera, buscó una posición que le uniese lo mejor de la carretera con las bicis de MTB. Fue un experimento que duró poco, como era lógico, y eso que por aquel entonces los circuitos de MTB, poco o nada tenían que ver con los recorridos actuales y si los viésemos ahora mismo los consideraríamos trazados de un nivel técnico bajo.
Tomac, aunque tampoco lo sabía, no estaba haciendo nada para el MTB en aquel momento usando un manillar de carretera, algo que acabó en vía muerta rápidamente. De hecho, el gravel no va a inventar el MTB. Diríamos que el MTB del pasado está más cerca del gravel de la actualidad que del MTB de nuestro días. Aquellas MTB de los 90 comparten más cosas con las bicis de gravel actuales que con una MTB de hoy en día. Así que sí, podríamos decir que Tomac inventó el gravel, pero sin querer, cuando lo que realmente intentaba hacer era evolucionar el MTB. Si crees que las gravel se parecen al MTB actual, coge una MTB de los 90 y haz una ruta de las que hagas habitualmente con tu MTB moderna y podrás comprobar en primera persona lo que han cambiado las bicis de MTB en todos estos años. Pero sí, es cierto, las bicis de gravel actuales tienen geometrías, medidas de neumáticos e incluso desarrollos que son similares a las MTB de los 90. Y no es mérito del gravel, es demérito de los inicios del MTB, con bicis que aún tenían mucho camino por recorrer.
Ventas en España
También es habitual que leamos que las bicicletas de gravel son las nuevas fat bike, en honor al intento de que este tipo de bicicletas, ideadas para la nieve y la arena, se popularizasen. Esa es una pantalla superada. El último informe de AMBE, la asociación de marcas y bicicletas de España, situaba las ventas de bicicletas de gravel en más de 60.000 unidades en 2021, siendo la categoría de bicicleta que más crecía en ventas. Si necesitáis un dato neutral para valorar el empuje del gravel, ahí lo tenéis.
Esto nos lleva a otro comentario habitual. El típico de “ahora las marcas nos colocan las bicicletas de gravel”. De entrada nunca hemos visto a ninguna marca obligar a comprar nada a nadie. Obviamente son empresas en busca de beneficios y no ONGs. Las marcas proponen pero es el mercado el que decide. Y el mejor ejemplo son, precisamente, las fat bikes. Las intentaron popularizar, pero los usuarios no las quisieron. Y murieron con la misma rapidez con la que todas las marcas las añadieron a sus catálogos. Así que si cada año hay más modelos de gravel es, simplemente, porque la demanda está ahí.
Un aspecto que confirma la consolidación del gravel son los eventos. El calendario de pruebas gravel no para de aumentar. Sin practicantes nadie se lía la manta a la cabeza para organizar un evento. En USA el gravel se ha convertido en una modalidad increíblemente popular. Con eventos multitudinarios y con un ecosistema de corredores que se dedican a ello y que han dejado de lado disciplinas donde brillaban, ya fuese MTB o carretera. Hay buenos premios económicos y mucho apoyo a nivel de patrocinios por parte de las marcas. El ejemplo más reciente fue el pasado fin de semana con 4.000 participantes en la Belgian Waffle Ride de San Diego. En Europa aún no estamos en ese punto, pero eventos como The Traka, que reunió a 800 ciclistas, son una muestra de que empieza a haber una base potente de usuarios gravel.
¿Y por qué crece el gravel? Simplemente porque es una disciplina que ofrece lo que muchos ciclistas estaban buscando. De entrada, para disfrutar del gravel hace falta un terreno mínimamente adecuado. Si vives en una zona donde las pistas y caminos son pedregales es poco probable que disfrutes de una gravel. Pero no es nada nuevo. Si quieres disfrutar de una bicicleta de enduro tendrás que vivir o acudir a una zona con buenas y técnicas bajadas. Por poner un ejemplo de cómo cada modalidad necesita de un terreno propicio a sus características.
En nuestro caso, hace más de 5 años que empezamos a probar material de gravel. La primera Orbea Terra, la primera horquilla de Fox para gravel, incluso una doble suspensión de Niner. Desde lo más lógico a los conceptos más locos. Podríamos decir que, como muchos usuarios, empezamos a ver el gravel como cierto hate. O con cierto escepticismo. Y como pasó en su día con las e-bikes, a medida que hemos ido probando más y más material le vemos más y más sentido, más y más posibilidades y más y más futuro.
Un ejemplo de cómo el gravel puede convencerte es nuestro propio caso, en el que hemos acabado disfrutando de cada uno de los tests realizados hasta el punto de poder considerarnos ya usuarios gravel. Y eso teniendo en cuenta que todos en ESMTB estamos más inclinados hacia el MTB más técnico. La bicicleta de gravel nos ha permitido redescubrir nuestra propia zona. Con ellas estamos rodando por infinidad de pistas que esquivamos completamente cuando rodamos en MTB. Es un tipo de terreno que con una MTB actual no tiene ningún aliciente y que con una gravel nos permite disfrutar. Disfrutar por la velocidad y facilidad para rodar que tienen, por su posición, por su ligereza, por sus reacciones a cada golpe de pedal… es un mundo de sensaciones completamente diferente al MTB.
También nos ha servido para poder hacer rutas de carretera saltándonos las zonas más concurridas de tráfico por pistas tranquilas. Ha sido una forma de redescubrir la carretera, de la que cada vez nos alejamos más por pereza a rodar en zonas de mucho tráfico o por carreteras que consideramos peligrosas. Ahora las podemos esquivar por pista y ir al asfalto solo en las zonas que nos interesa.
Una gravel que no pasa desapercibida
Y ahí llega un punto importante para el crecimiento del gravel. Desde nuestro punto de vista las bicicletas gravel van a acabar comiéndose una buena parte del pastel de las bicicletas de carretera. Especialmente ahora que hay bicicletas de gravel con carácter racing que tienen reacciones y pesos de bicicletas de carretera, pero con pasos de rueda y desarrollos aptos para rodar por pistas. Tras probar modelos como la Specialized Crux, la Scott Addict Gravel o la Wilier Rave SLR se nos hace complicado encontrar argumentos a favor de comprar una bici de carretera en lugar de una gravel para la mayoría de usuarios. Salvo que busques el puro rendimiento de competición en carretera. Con una gravel racing puedes rodar a un nivel de buena parte de los modelos de carretera y las opciones a la hora de escoger rutas se multiplican. La posición es más cómoda, los desarrollos más variados y hay neumáticos gravel con una capacidad rodadora en asfalto excepcional. El tiempo lo dirá, pero nuestra visión es que las bicis de gravel cada vez atraerán a más usuarios de carretera o que las bicis de carretera van a tener que “gravelizarse” un poco para seguir siendo interesantes para los usuarios.
Todo ello sin entrar en la vertiente aventurera del gravel y hablando solo de los usos que podemos considerar más populares.